Cuando la mayoría de la gente piensa en feminismo, las palabras pro-vida y pro-familia no suelen venir a su mente. Pero, un grupo quiere cambiar eso y espera crear un nuevo tipo de feminismo que represente la fe, la familia y la maternidad.
En 2014, la palabra “feminista” encabezó la encuesta anual de la revista time sobre las palabras que la gente quería prohibir. Lo que causó molestia y time luego se disculpó, diciendo que la palabra no se debió incluir en la lista. Originalmente, fue citada porque algunos argumentaron que hoy en día el feminismo se había vuelto menos una causa y más una palabra de moda, especialmente para los jóvenes.
“Ser una mujer es solo un hecho de este milenio, no es una causa. En los años 60, el feminismo sí era una causa”, dice la política Kathy Konst.
Entonces, ¿dónde se distorsionó todo? ¿cómo pasó el feminismo de ser un movimiento que promueve el derecho al voto para las mujeres y tener propiedades, como en los años 20, a ser una solicitud para que las mujeres estén sin blusas en público como en 2012?
La autora Sue Ellen Browder lo vivió de primera mano.
Ella escribía para la revista Cosmopolitan en los años 70, un trabajo que adquirió después de ser despedida por estar embarazada.
“Tuve que mantener en secreto la razón por la que fui despedida. Uno no le decía a la gente que tenía hijos si quería un empleo”, comenta la escritora Sue Ellen Browder.
Browder fue testigo del cambio en el feminismo durante los años 60 y 70…
“Fue secuestrada por la agenda de la revolución sexual”, indica Browder.
Su libro “Subverted” explica que mientras la segunda ola del feminismo apoyaba causas como la equidad laboral, se cruzó con filosofías sexuales dañinas.
Browder dice que la revista Cosmopolitan fue clave en esta transición y muchas historias que escribió sobre mujeres “sexualmente libres” fueron falsas.
“En Cosmopolitan la filosofía era que el sexo sin hijos nos haría libres. Con el tiempo, las mujeres se convencieron más y más que para ser glamurosas y emocionantes debían vivir con sus novios, teniendo relaciones sexuales en la primera o segunda cita, así funciona la propaganda”, dice Browder.
Ella dice que esta mentalidad vio nacer un nuevo tipo de feminismo peligroso: uno que les dijo a las mujeres que todo lo vale y las motivó a abandonar la maternidad.
“En la segunda ola del feminismo surgió la idea de matar el concepto de una madre cuidadora, porque eso es ser débil. Las mujeres en la cocina son esclavas. Eso es solo una carga para las mujeres… en esencia, lo que hace es matar sus raíces y sus ramas y lo que queda es muerte”, comenta Carolina Allen, fundadora de Big Ocean.
Como esposa joven y madre, Carolina Allen sintió que este feminismo moderno no la representaba como mujer... Y la dejó con más preguntas que respuestas.
“Por mucho tiempo me pregunté: ‘¿cómo encajar en todo esto? ¿a dónde pertenezco?”, comenta Allen.
Carolina dice que Dios usó una circunstancia inusual para darle las respuestas que buscaba: la muerte de su cuñada, Mowana.
“Fue como si la ciudad entera llegó para su funeral. Todos se acercaban y nos decían: ¿Sabía que Mowana hizo aquello? ¿Y que hizo esto por su familia? Y no eran actos pequeños, eran cosas extraordinarias… Alguien se me acercó y me dijo, ¿Sabía que Mowana me ayudó a que no me suicidara?” Y entonces me dije que eso es verdadero poder y ese es el feminismo que quiero”, comenta Allen.
La mañana siguiente, carolina se levantó temprano y fue a la playa. Sin saberlo, Dios la guiaba hacia el océano para darle una visión de un nuevo tipo de feminismo.
“Encontré un gran grupo de rocas y caminé sobre ellas y me lastimaban los pies. Era como un gran percebe incrustado y era algo rudo para pararse sobre eso… Entonces oí estas pequeñas olas venir y solo lavaban por encima de la roca y me dio curiosidad y me asomé por debajo de la roca y vi que con el tiempo, había sido suavizado”, relata Allen.
Eso fue cuando tuvo sentido para Carolina, ver el cambio que hacían las olas sobre la piedra le mostró el tipo de cosas que podía hacer como mujer.
“Ésta pequeña ola moldeó esta roca, la pulió y era hermoso y todo hizo clic en mi mente. Eso fue lo que hizo Mowana”, indica Allen.
Eso la llevó a iniciar “Big Ocean”, un movimiento que celebra a las madres y apoya las causas pro-vida y pro-familia.
“Estamos a favor de ideas que sustentan la fe, la familia y a las madres… nos inspira la idea de un feminismo maternal”, comenta Allen.
Y esa idea no es solo para mamás, hay mujeres solteras hasta abuelas de 90 años. En sus 4 años, Big Ocean ha llevado su mensaje hasta las naciones unidas, para ayudar a mujeres alrededor del mundo.
“Existe este elemento de servir a todo el mundo, de hacerlo localmente y en casa, como uno pueda servir. Luego, hay un elemento de oración, en el mundo hay problemas tan grandes, horribles y oscuros que a veces solo se puede orar, la oración es suficiente”, comenta Allen.
Como cualquier movimiento nuevo, Big Ocean se enfrenta a la oposición.
“Hay personas que quieren rechazarnos como feministas, y quienes dicen que no podemos ser una mujer de Dios o abrazar la vida si somos feministas”, dice Allen.
Carolina y miembros de Big Ocean esperan avanzar a pesar de la negatividad, hacia un impacto positivo alrededor del mundo y crear una nueva definición de lo que es ser feminista.